No tienes motivación para nada.
Te sientes agotada física y mentalmente.
Te levantas cansada, con decaimiento e irritable, y el trato hacia tus niñ@s tiende a ser duro.
No consigues dormir la noche entera.
Empiezas a sentir ansiedad todo el tiempo y palpitaciones, ademas de tristeza.
No logras concentrarte.
Distanciamiento emocional con tus niñ@s.
Sientes que no eres productiva y que el día se te pasa sin hacer mayor cosa.
De repente te puedes sentir muy triste y con demasiada frustración.
En ocasiones solo quieres silencio y correr.
Empiezas a sentir miedo y desolación.
No disfrutas de tu rol en la crianza.
Y ni que decir de la culpa que te persigue un montón.
Niveles altos de cortisol.
¡Te presento al Sindrome de Burnout! Pero......¿ y que es esto? te estarás preguntando.
Es un síndrome que afecta constantemente a las madres que están expuestos a un estrés excesivo sin tener los suficientes recursos para compensar el efecto que produce el estrés en sus vidas, sean estos recursos personales, de contexto, económicos o redes de apoyo; en pocas palabras la exposición a altos niveles de estrés a los que se someten muchas madres por la sobre exigencia diaria. Un total desequilibrio.
Trayendo consigo trastornos como alteraciones en los hábitos alimenticios, trastornos del sueño, frustración, culpa, y malos tratos con quienes le rodean.
Criar a un hijo nunca ha sido fácil. Por eso es fundamental detectar rápido si una madre presenta síntomas asociados al Síndrome de Burnout para atajar rápido el problema. La familia, la pareja, los hijos y hasta los amigos, son el punto clave para apoyar las estrategias que nos permitan equilibrar y balancear.
De allí surge la importancia de nuestro Auto-Cuidado, por que para poder cuidar, debemos cuidarnos. ¡Pide ayuda! tanto a tu familia como a nivel profesional.
¿Que hacer?
Pon limites sanos y se clara con tu familia y pareja , las responsabilidades en la crianza deben ser compartidas. Para que cada miembro de la pareja encuentre espacios o momentos para desconectar y hacer una actividad que le guste en pro de su bienestar. (Hacer ejercicio, leer, estudiar, salir a pasear, montar en bici).
Crea tribu con otros padres y madres, créeme que es indispensable: darnos cuenta que no estamos solos y no somos los peores padres del mundo. ¡Adiós culpa! exponer nuestras vivencias y compartirlas con otras familias nos permite validar nuestras emociones y reafirmar que todos nos enfrentamos a desafíos diarios en la crianza de nuestr@s hij@s.
Conecta con tus niñ@s a través de actividades que te brinden la calma, tranquilidad y paz que tanto necesitas por ejemplo, hacer ejercicio en casa juntos, una tarde relajante de spa, una película o serie apta para todos, o un cuento en cama sera completamente relajante.
Negocia con tus hij@s: negociar, organizarse y crear rutinas que involucren a l@s niñ@s es indispensable. Les generaras autonomía, lo que dará como resultado más tiempo para cuidar de ti.
Organiza juntas familiares, en donde cada integrante de la familia, pueda exponer sus necesidades y emociones, buscando soluciones a través del trabajo en equipo.
Reduce los niveles de estrés y ansiedad para tener una mejor calidad de vida. Tomate un tiempo diario para estar sola, aunque sean 15 minutos, sin sentir culpa. Aprende a delegar. Asigna algunas tareas a familiares y personas que te puedan ayudar.
¡Es momento de ser amable contigo, conecta con quien realmente eres!
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